jueves, 23 de abril de 2020

ECONOMÍA CLEI 5 NOCT.. EL TRABAJO Y EL DESEMPLEO

FECHA: Viernes 24 de abril

TEMA: EL TRABAJO Y EL DESEMPLEO
TIEMPO PROBABLE: 2 horas.
INDICADORES.

1. Reconoce la importancia del trabajo como factor determinante del desarrollo humano y social.

2. Identifica las causas y consecuencias del desempleo

3. Analiza la situación laboral en Colombia a raíz de la problemática de salud que se vive en la actualidad.

En esta clase hablaremos del trabajo y el desempleo, haciendo especial énfasis en la coyuntura actual, que ha hecho que se pierdan muchos empleos y la productividad del país caiga, afectando seriamente la economía de las familias colombianas.

empecemos viendo estos dos vídeos que nos encaminan al objetivo.






Ahora pasemos a la parte conceptual donde hablaremos del trabajo y el desempleo.

EL TRABAJO.
El trabajo en economía se refiere a las horas que dedican las personas a la producción de bienes o servicios.
El trabajo uno de los factores de producción junto con el capital, la tierra y la tecnología. Así, consiste en el esfuerzo humano puesto en la producción y venta de bienes y servicios.

Cabe señalar que la forma en que se combinará el trabajo con el resto de los factores productivos para desarrollar una determinada cantidad de una mercancía dependerá de la función de producción.
Vale la pena resaltar además que el trabajo comprende todas las horas que las personas dedican a una determinada actividad económica. Nos referimos, por ejemplo, al tiempo que dedica un profesor para enseñar a sus alumnos o las jornadas que dedica un albañil en la construcción de un edificio. Todo el esfuerzo humano detrás de las actividades económicas y su organización es parte del factor trabajo.

Tipos de trabajo

El trabajo se puede dividir en dos grandes categorías:
  • Trabajo físico: Se refiere al aporte de actividades manuales o de fuerza de los trabajadores. Así, por ejemplo, tenemos el trabajo de una temporera que recoge las uvas durante la época de vendimia. Otro ejemplo es el trabajo de un albañil.
  • Trabajo intelectual: Se refiere al esfuerzo mental y aporte de ideas que hacen los trabajadores. Nos referimos, por ejemplo, el trabajo de un diseñador de marca que viene a presentar una idea innovadora a su cliente. Otro ejemplo es el trabajo de un escritor.
El trabajo físico y el intelectual presentan diferencias en su medición y control. En el caso del primero el resultado suele medirse en cantidad producida y usualmente se tiene un supervisor directo que da instrucciones de las tareas a realizar. En el caso del segundo, en cambio, la medición es más subjetiva ya que se trata de ideas y la aplicación de conocimientos teóricos y prácticos a la realidad.
Además, el control del trabajo intelectual es más indirecto ya que se desea que, al gozar de más independencia, el empleado tenga la posibilidad de generar un aporte adicional.

División

Cabe mencionar que, a partir de la época de la revolución industrial, el factor trabajo ha tendido a una división de tareas con el fin de que los trabajadores se especialicen en áreas o tareas específicas para luego complementar su trabajo con el de otros.
La división del trabajo tiene como objetivo aumentar la eficiencia y productividad. El economista Adam Smith fue uno de los primeros en desarrollar la idea de la división del trabajo en tareas específicas con el fin de ahorrar recursos y aumentar la productividad.

Ahora analicemos las consecuencias del desempleo:


El efecto y consecuencias del desempleo en la sociedad

Introducción
En una cultura que se enorgullece de la bandera de los derechos humanos, la carencia estructural de empleo es no sólo un asunto de los desempleados, sino también una señal de alerta para el estado de derecho, un reflejo de las tensiones, contradicciones, conflictos y transformaciones que inquietan las sociedades industriales contemporáneas.
Según muchos autores, para el ciudadano medio actual, el trabajo constituye un valor de primer orden, la profesión su seña de identidad y el empleo retribuido el factor aglutinante de sus creencias, actitudes y opciones fundamentales.
La consciencia del problema del desempleo no es, de hecho, tan nueva: hasta el siglo XIX, el fenómeno del paro aparece disfrazado junto a la pobreza, ya a principios del presente siglo el inglés Beveridge (1909) publica su clásico estudio sobre el desempleo: un problema de la industria. Pero es en los últimos decenios que parece haber calado más hondo en la consciencia colectiva el hecho de que el trabajo integra y el desempleo segrega, de que el ejercicio laboral normaliza, desarrolla y legitima, mientras el desempleo frena y aparca al desempleado en la excedencia social.
Un factor que agranda aún más este desempleo desmesurado es la crisis económica que con todas las consecuencias inciden sobre el sistema productivo, justamente con la aceleración de los avances tecnológicos, eliminando fuerza de trabajo humano, lo que afecta directamente el mercado de contratación laboral.


EFECTOS DEL DESEMPLEO
Sin duda alguna, el desempleo puede tener profundos efectos tanto en el individuo como en la sociedad en la que vive, lo que tiene repercusión directa en la economía de un país. Es evidente que el aumento del desempleo provoca una disminución de los ingresos de las familias, por lo que éstas tienen que reducir su nivel de vida. Las consecuencias de este hecho no son sólo económicas, sino también sociales, y se agravan por el hecho de que el paro suele afectar con mayor intensidad a los sectores más débiles de la sociedad.
Por ello este trabajo considera necesario analizar en forma general los efectos del desempleo, como son:


EFECTOS ECONÓMICOS
El desempleo impone un costo en la economía como un todo, debido a que se producen menos bienes y servicios. Cuando la economía no genera suficientes empleos para contratar a aquellos trabajadores que están dispuestos y en posibilidades de trabajar, ese servicio de la mano de obra desempleada se pierde para siempre.
En numerosas ocasiones, el pensamiento económico dominante cita a la inflación como el principal enemigo de las clases humildes, pero, si bien es cierto que el aumento de precios es especialmente negativo para las familias con menores ingresos, son mucho peores los efectos que tienen sobre ellos la falta de un empleo o la precariedad laboral. En un sistema económico, uno de los factores fundamentales es el suministro de recursos humanos (trabajo). Para determinar con precisión, colocamos frente a frente los dos agentes más importantes de la actividad productiva: unidades familiares que incluyen a todos los individuos que, directa o indirectamente, participan de las actividades productivas y consumen los bienes y servicios finales elaborados y las unidades de producción que están representadas por las empresas y son las encargadas de dinamizar la actividad económica de un país.
Esta relación existente se deteriora, cuando el número de unidades familiares que participan de las actividades productivas es menor (desempleo), lo que conlleva a que la presencia de compradores que están dispuestos y pueden comprar algún producto o servicio al precio que se les ofrece no dispongan de ingresos suficientes por cuanto no tienen empleo, esto ocasiona que las unidades productivas bajen sus niveles de producción y no se pueda continuar con el ciclo económico normal por cuanto se da una brecha en la demanda.
Adicionalmente el desempleo trae consigo una pérdida en el nivel de ingresos en los gobiernos, por cuanto deja de percibir impuestos que el trabajador y la empresa aportaba normalmente mientras desempeñaba éste su trabajo. A esto se suma los egresos que tiene que realizar la administración pública por concepto de subsidiar a los desempleados.
Interpretar económicamente el desempleo es buscar las diferentes razones que implica el estar desempleado, para ello consideraremos los tipos de desempleo existentes, también distinguiremos entre desempleo voluntario e involuntario así como las razones de rigidez de los sueldos y salarios.
El trabajo les brinda a las personas la posibilidad de lograr ingresos, por tanto acceder a bienes y servicios, y así satisfacer sus necesidades. En las medidas que logren satisfacer mejor sus necesidades, mejor será su nivel de vida. Es por eso que existe un fuerte vínculo entre el desempleo y la pobreza. Ahora bien, no sólo es importante el tener empleo, sino la calidad del empleo, es decir, el salario, la jornada laboral, las condiciones de empleo, la estabilidad, la seguridad social, entre muchos otros elementos.


Cabe destacar que el desempleo ocasiona a la sociedad tanto un costo económico como social. El costo económico corresponde a todo lo que se deja de producir y que será imposible de recuperar, esto no solo incluye los bienes que se pierden por no producirlos sino también una cierta degradación del capital humano, que resulta de la pérdida de destrezas y habilidades. Por otro lado, el costo social abarca, como se ha dicho, la pobreza e “inquietud social y política” que implica el desempleo en grandes escalas. Las personas sometidas a una ociosidad forzosa padecen frustración, desmoralización y pérdida del amor propio. Aunque este costo social es muy difícil de medir, es objeto de una profunda y general preocupación por el impacto que tiene en la sociedad.
La desigualdad promueve la violencia probablemente por su asociación con altas tasas de desempleo y subempleo en grupos específicos, y suscita sentimientos de privación y frustración económica en estos grupos. La violencia impide el desarrollo económico”, reconocen Morrison y Buvinic en su investigación titulada “Notas técnicas: Prevención de la violencia”.
A escala macroeconómica, la violencia social reduce la inversión extranjera y nacional, y disminuye el ahorro interno, obstaculizando así las posibilidades de crecimiento a largo plazo. A nivel microeconómico, entre otros efectos, desalienta el interés individual en invertir tiempo y dinero en educación, e induce a sectores de la población a desarrollar habilidades delictivas en vez de estudiar.
La presencia de un elevado desempleo es un problema tanto económico como social. Como problema económico, es un despilfarro de valiosos recursos. Como problema social es una fuente de enormes sufrimientos, ya que los trabajadores desempleados tienen que luchar con una renta menor. Durante los períodos de elevado desempleo, las dificultades económicas también afectan a sus emociones y a la vida familiar. De cuando en cuando, los países experimentan un elevado desempleo que persiste durante largos períodos, a veces hasta diez años. Es lo que ocurrió en Estados Unidos durante la Gran Depresión, que comenzó en 1929. En unos pocos años, el desempleo aumentó afectando a casi una cuarta parte de la población trabajadora, mientras que la producción industrial se redujo a la mitad.


EFECTOS SOCIALES
El coste económico del desempleo es, ciertamente, alto, pero el social es enorme. Ninguna cifra monetaria refleja satisfactoriamente la carga humana y psicológica de los largos períodos de persistente desempleo involuntario. La tragedia personal del desempleo ha quedado demostrada una y otra vez”.
La precariedad laboral y, evidentemente, el desempleo también aumentan la angustia de los afectados e influyen en la determinación de su plan de vida y su planificación familiar. Los jóvenes deben postergar su edad de emancipación ante la imposibilidad de acceso a la vivienda y de creación de una unidad familiar con unos ingresos estables, asimismo provocan una disminución de la natalidad y retrasan la edad a la que se tienen los hijos.
Jackson y Walsh (1987) señalan que como consecuencia de la pérdida del empleo, se producen tres cambios importantes: una disminución de ingresos económicos, una transformación en las relaciones sociales y un cambio en el lugar donde residía el ejercicio de la autoridad. Estos cambios provocan una desensibilización en las relaciones entre los miembros de la familia y entre ésta y el medio en que se desarrolla su vida cotidiana, dando lugar a un proceso de adaptación y cambio.
En el primero, los cambios producidos como consecuencia del desempleo, serían asimilados dentro del funcionamiento normal de la familia. En el segundo de los procesos descritos, la experiencia del desempleo tendría una función positiva, al ser utilizada como una oportunidad para realizar actividades que implican un cambio en los roles familiares.
El grado de estabilidad familiar depende a su vez de factores tales como el momento en que se produce la pérdida del trabajo dentro del proceso de desarrollo del ciclo de vida familiar. Asimismo, la tensión familiar producida tras la aparición del desempleo parece ser más acusada cuando afecta a personas con un bajo estatus ocupacional y con un período de desempleo superior a los seis meses.
En definitiva, si bien el desempleo puede ser considerado como un factor importante de desestabilización en las relaciones familiares, tal y como señalan Bergere y Sana Rueda (1984), el aumento de la tensión familiar no debe ser siempre considerado como una consecuencia directa del mismo. Éste actúa como un factor que acentúa el tipo de relaciones familiares existentes con anterioridad, intensificando el estrés y la tensión en aquellas familias en las que ya se daba un deterioro de las relaciones entre sus miembros.
La familia puede ser tanto el origen de tensión como de apoyo social, lo que explica el que ni en todos los estudios el desempleo esté asociado a un incremento en la tensión familiar ni en todos los casos se dé un deterioro en dichas relaciones.


El impacto del desempleo en la familia se puede dividir en 7 aspectos:
  • Financiero: El ingreso se reduce drásticamente.
  • Material: Se vuelve vital economizar en todo. En algunos casos, casi todo el presupuesto familiar se va en comida.
  • Físico: Hay una reducción generalizada en el nivel de salud.
  • Daño emocional: Se vuelve común la apatía, la desesperación y la depresión.
  • Relaciones Interpersonales: Generalmente, hay un incremento en las peleas y un retraimiento de la vida social. Sin embargo, las relaciones cercanas tienden a mantenerse.
  • Actividades e Intereses sociales: Estos disminuyen marcadamente. Las actividades gratuitas, informales o de poco costo pierden popularidad, porque el estado de ánimo disminuye.
  • Actividades Políticas: Disminuye el interés en la política.
La mayoría de los estudios indican que los dos efectos más importantes del desempleo son:
  • La sensación de estigma social, derivado de estar desempleado.
  • La cantidad de sufrimiento asociado a la falta de estructura o estructura perdida.
Entre otros efectos cabe mencionar el psicológico.
Tomado de: https://www.webscolar.com/el-efecto-y-consecuencias-del-desempleo-en-la-sociedad

ACTIVIDAD DE CLASE:

1. Después de haber leído y analizado los dos artículos, realice una síntesis de cada uno de ellos.

2. Explique por lo menos tres causas del desempleo

3. Explique cada uno de los efectos del desempleo

4. Lea el artículo TRABAJO, CRECIMIENTO Y DESARROLLO ECONÓMICO
que aparece al final de esta clase y formule 5 preguntas sobre aspectos que te llamen la atención. Respóndelas y estúdielas.

5. Lee y analiza cada artículo de esta clase y prepáralo  para la parte evaluativa.

Responde los puntos del 1 al 4 en un documento de word y envíalo al correo: mihijoevans14@gmail.com.

Tienes plazo hasta el día 8 de mayo del 2020.

ARTÍCULO DE LA REVISTA SEMANA.

Trabajo, crecimiento y desarrollo económico

Revista Semana.com presenta a sus lectores la propuesta sobre empleo en Colombia hecha por Sabas Pretelt de la Vega en la primera audiencia pública de San Vicente del Caguán el domingo pasado.
La economía colombiana está superando la más profunda crisis de su historia reciente. Algunos indicadores así lo demuestran: el crecimiento del PIB por habitante en los últimos dos años fue negativo, la inversión privada se redujo drásticamente y la tasa de desempleo alcanzó niveles alarmantes, al tiempo que se deterioró notoriamente la calidad del empleo. El Consejo Gremial Nacional, así como numerosas asociaciones empresariales, considera que el país debe abocar inmediatamente una estrategia que nos permita recuperar una senda de crecimiento sostenido a tasas superiores al promedio de los últimos 50 años, para mejorar de una vez por todas la calidad de vida de los colombianos y resolver al mismo tiempo el problema de la desocupación.

Este documento recoge las propuestas del sector privado acerca del tema de empleo y ratifica la convicción del Consejo Gremial de que sólo mediante el diálogo y el debate de las ideas es posible contar con una propuesta concertada de desarrollo y empleo para el país. La presentación ha sido dividida en cuatro secciones. En la primera se caracteriza el problema laboral en Colombia. En la segunda se examinan las principales causas del desempleo. En la tercera se muestra la estrecha entre el crecimiento económico y el empleo. Por último, el Consejo Gremial presenta una propuesta de agenda hacia el futuro.

El Empleo en Colombia: el desempleo nos afecta a todos

Después de haber logrado tasas inferiores al 8% hasta mediados de la década de los noventa, el desempleo se elevó a 18.1%, cinco años después.

En este breve lapso, el número de personas sin ocupación, en las siete principales ciudades colombianas, se duplicó. Las cifras nacionales tienen un comportamiento similar y es así como al finalizar 1999, el país contaba con 2.5 millones de desocupados en las áreas urbanas y cerca de 500,000 en las áreas rurales.

Si bien el problema de desempleo es generalizado, los grupos más vulnerables de la población lo constituyen las mujeres, las personas con bajos niveles de educación y los jóvenes. La calidad de empleo también se deterioró: las estadísticas muestran una menor participación de los asalariados privados, en tanto que aumentan los trabajadores informales. Igualmente inquieta la prolongación del tiempo que, en promedio, permanecen desempleadas las personas.

No obstante este complejo panorama laboral, Colombia ha logrado importantes avances en su política social. En efecto, el indicador de necesidades básicas insatisfechas prácticamente se redujo a la mitad entre 1985 y 1998; las expectativas de vida al nacer, la tasa de alfabetismo, los años promedio de educación mejoraron significativamente entre 1973 y 1997. De igual forma son muchos más los colombianos con acceso a la vivienda, acueducto, alcantarillado, y, en general a los servicios públicos. Los logros anteriores son resultado de un mayor gasto social.

Causas del desempleo: no es sólo lo económico

El crecimiento económico en Colombia se ha venido rezagando en los últimos años al compararse con sus promedios históricos y también en el contexto mundial y latinoamericano. Pero, no sólo el crecimiento insuficiente ha obstaculizado la generación de nuevos puestos de trabajo. El fin de la confrontación armada y de la violencia se constituye, hoy, en el principal reto para lograr mayores crecimientos y, por supuesto, generar más empleos.

El empleo también se ha visto afectado por el ingreso de nuevos grupos al mercado laboral, la insuficiente modernización en este mercado y, en una perspectiva más amplia, la imposibilidad de ajustar rápidamente la capacitación del recurso humano a las necesidades de un aparato productivo moderno.

El problema del desempleo es enorme. Exige una estrategia de largo plazo que debe abordarse en forma inmediata. Para reducir el desempleo al 8% por ciento en el 2005, es necesario que Colombia crezca a tasas del 5.6 por ciento anual, en promedio.

El Crecimiento económico y el Empleo

La generación de empleos productivos y permanentes depende, en primer lugar, de un crecimiento alto y sostenido. Colombia en los últimos años creció a tasas inferiores a su promedio y por debajo de las registradas por otros países. A finales de 1998, el PIB 
per cápita de Colombia fue 15 veces inferior al de Estados Unidos, 7 veces menor que el de España, 3.5 veces el de Corea y la mitad del de Venezuela, entre otros. Recordemos que en 1950 el PIB per cápita de Colombia era igual que el de Corea.

Para crecer se necesita contar con unas condiciones mínimas: estabilidad macroeconómica, reglas de juego claras y estables y un entorno social y político favorable. Se requiere una inversión dinámica y creciente para lograr mayores tasas de crecimiento. Colombia no puede aislarse del resto del mundo. De ahí la necesidad de lograr una inserción competitiva en la economía mundial. La globalización implica mayores oportunidades comerciales, de inversión y tecnológicas. Asimismo, contribuye a un mayor desarrollo del capital humano, exige avances en modernización y competitividad del aparato productivo y conlleva obligaciones con la comunidad internacional.

La Agenda hacia el Futuro

El punto de partida para una política de mayor empleo productivo, debe ser el logro de tasas de crecimiento económico altas y sostenidas. La estrategia debe cubrir diferentes aspectos.

En primer lugar se requiere un ambiente macroeconómico estable, caracterizado por tasas de interés adecuadas, baja inflación, tasa de cambio de equilibrio, disponibilidad de recursos de crédito y finanzas públicas sanas. En un mundo globalizado es necesaria una política comercial activa, orientada a fomentar las exportaciones, ampliar los mercados y desarrollar acuerdos de integración. En este sentido, el país debe prepararse institucionalmente y estimular al aparato productivo para las negociaciones con otros países. Además se debe fortalecer la Política de lucha contra el contrabando y demás prácticas de competencia desleal.

Las empresas deben contar con un entorno favorable, que comprende, entre otros, una infraestructura adecuada, un mercado de capitales desarrollado y un capital humano capacitado para las necesidades del aparato productivo moderno. Fortalecer el capital social y propender por un desarrollo tecnológico que busque la defensa del medio ambiente también forman parte de este entorno favorable. Además, combatir la corrupción y la impunidad deben ser objetivos primordiales en la búsqueda del entorno de paz y seguridad requerido para desarrollar la actividad económica.

También se debe trabajar en otros campos:

Contribuir a la apertura de los espacios que se requieran para la inserción productiva y social de todos los colombianos.

Apoyar y promover iniciativas empresariales competitivas en zonas especiales de producción.

Fortalecer los sistemas de información sobre oportunidades y necesidades laborales.

Propender por una permanente calificación del recurso humano para hacer frente a los retos de la competitividad.

Pero, tal vez lo más importante para salir adelante es: conformar una visión compartida de país que valide la empresa como unidad básica de generación de riqueza; donde empresarios, trabajadores, gobierno y otros actores sociales se vean beneficiados por el diálogo y el trabajo en equipo, enmarcados en un ambiente de justicia, reglas claras y seguridad, para un desarrollo sostenible.


En el diseño de una política de desarrollo y empleo para Colombia encontramos puntos de coincidencia entre empresarios y trabajadores. Estamos seguros que empleadores, trabajadores y gobierno lograremos una estrategia de empleo concertada. Para el Consejo Gremial Nacional es claro que los escenarios de discusión y acuerdos de la política laboral deben ser las instancias institucionales como la comisión de concentración Laboral.

El sector privado reitera su compromiso con la paz de Colombia y reafirma su indeclinable voluntad de contribuir a la generación de las condiciones conducentes a un mayor bienestar colectivo y a un desarrollo con justicia social.



Consecuencias del desempleo

El efecto y consecuencias del desempleo en la sociedad

Introducción
En una cultura que se enorgullece de la bandera de los derechos humanos, la carencia estructural de empleo es no sólo un asunto de los desempleados, sino también una señal de alerta para el estado de derecho, un reflejo de las tensiones, contradicciones, conflictos y transformaciones que inquietan las sociedades industriales contemporáneas.
Según muchos autores, para el ciudadano medio actual, el trabajo constituye un valor de primer orden, la profesión su seña de identidad y el empleo retribuido el factor aglutinante de sus creencias, actitudes y opciones fundamentales.
La consciencia del problema del desempleo no es, de hecho, tan nueva: hasta el siglo XIX, el fenómeno del paro aparece disfrazado junto a la pobreza, ya a principios del presente siglo el inglés Beveridge (1909) publica su clásico estudio sobre el desempleo: un problema de la industria. Pero es en los últimos decenios que parece haber calado más hondo en la consciencia colectiva el hecho de que el trabajo integra y el desempleo segrega, de que el ejercicio laboral normaliza, desarrolla y legitima, mientras el desempleo frena y aparca al desempleado en la excedencia social.
Un factor que agranda aún más este desempleo desmesurado es la crisis económica que con todas las consecuencias inciden sobre el sistema productivo, justamente con la aceleración de los avances tecnológicos, eliminando fuerza de trabajo humano, lo que afecta directamente el mercado de contratación laboral.


EFECTOS DEL DESEMPLEO
Sin duda alguna, el desempleo puede tener profundos efectos tanto en el individuo como en la sociedad en la que vive, lo que tiene repercusión directa en la economía de un país. Es evidente que el aumento del desempleo provoca una disminución de los ingresos de las familias, por lo que éstas tienen que reducir su nivel de vida. Las consecuencias de este hecho no son sólo económicas, sino también sociales, y se agravan por el hecho de que el paro suele afectar con mayor intensidad a los sectores más débiles de la sociedad.
Por ello este trabajo considera necesario analizar en forma general los efectos del desempleo, como son:


EFECTOS ECONÓMICOS
El desempleo impone un costo en la economía como un todo, debido a que se producen menos bienes y servicios. Cuando la economía no genera suficientes empleos para contratar a aquellos trabajadores que están dispuestos y en posibilidades de trabajar, ese servicio de la mano de obra desempleada se pierde para siempre.
En numerosas ocasiones, el pensamiento económico dominante cita a la inflación como el principal enemigo de las clases humildes, pero, si bien es cierto que el aumento de precios es especialmente negativo para las familias con menores ingresos, son mucho peores los efectos que tienen sobre ellos la falta de un empleo o la precariedad laboral. En un sistema económico, uno de los factores fundamentales es el suministro de recursos humanos (trabajo). Para determinar con precisión, colocamos frente a frente los dos agentes más importantes de la actividad productiva: unidades familiares que incluyen a todos los individuos que, directa o indirectamente, participan de las actividades productivas y consumen los bienes y servicios finales elaborados y las unidades de producción que están representadas por las empresas y son las encargadas de dinamizar la actividad económica de un país.
Esta relación existente se deteriora, cuando el número de unidades familiares que participan de las actividades productivas es menor (desempleo), lo que conlleva a que la presencia de compradores que están dispuestos y pueden comprar algún producto o servicio al precio que se les ofrece no dispongan de ingresos suficientes por cuanto no tienen empleo, esto ocasiona que las unidades productivas bajen sus niveles de producción y no se pueda continuar con el ciclo económico normal por cuanto se da una brecha en la demanda.
Adicionalmente el desempleo trae consigo una pérdida en el nivel de ingresos en los gobiernos, por cuanto deja de percibir impuestos que el trabajador y la empresa aportaba normalmente mientras desempeñaba éste su trabajo. A esto se suma los egresos que tiene que realizar la administración pública por concepto de subsidiar a los desempleados.
Interpretar económicamente el desempleo es buscar las diferentes razones que implica el estar desempleado, para ello consideraremos los tipos de desempleo existentes, también distinguiremos entre desempleo voluntario e involuntario así como las razones de rigidez de los sueldos y salarios.
El trabajo les brinda a las personas la posibilidad de lograr ingresos, por tanto acceder a bienes y servicios, y así satisfacer sus necesidades. En las medidas que logren satisfacer mejor sus necesidades, mejor será su nivel de vida. Es por eso que existe un fuerte vínculo entre el desempleo y la pobreza. Ahora bien, no sólo es importante el tener empleo, sino la calidad del empleo, es decir, el salario, la jornada laboral, las condiciones de empleo, la estabilidad, la seguridad social, entre muchos otros elementos.


Cabe destacar que el desempleo ocasiona a la sociedad tanto un costo económico como social. El costo económico corresponde a todo lo que se deja de producir y que será imposible de recuperar, esto no solo incluye los bienes que se pierden por no producirlos sino también una cierta degradación del capital humano, que resulta de la pérdida de destrezas y habilidades. Por otro lado, el costo social abarca, como se ha dicho, la pobreza e “inquietud social y política” que implica el desempleo en grandes escalas. Las personas sometidas a una ociosidad forzosa padecen frustración, desmoralización y pérdida del amor propio. Aunque este costo social es muy difícil de medir, es objeto de una profunda y general preocupación por el impacto que tiene en la sociedad.
La desigualdad promueve la violencia probablemente por su asociación con altas tasas de desempleo y subempleo en grupos específicos, y suscita sentimientos de privación y frustración económica en estos grupos. La violencia impide el desarrollo económico”, reconocen Morrison y Buvinic en su investigación titulada “Notas técnicas: Prevención de la violencia”.
A escala macroeconómica, la violencia social reduce la inversión extranjera y nacional, y disminuye el ahorro interno, obstaculizando así las posibilidades de crecimiento a largo plazo. A nivel microeconómico, entre otros efectos, desalienta el interés individual en invertir tiempo y dinero en educación, e induce a sectores de la población a desarrollar habilidades delictivas en vez de estudiar.
La presencia de un elevado desempleo es un problema tanto económico como social. Como problema económico, es un despilfarro de valiosos recursos. Como problema social es una fuente de enormes sufrimientos, ya que los trabajadores desempleados tienen que luchar con una renta menor. Durante los períodos de elevado desempleo, las dificultades económicas también afectan a sus emociones y a la vida familiar. De cuando en cuando, los países experimentan un elevado desempleo que persiste durante largos períodos, a veces hasta diez años. Es lo que ocurrió en Estados Unidos durante la Gran Depresión, que comenzó en 1929. En unos pocos años, el desempleo aumentó afectando a casi una cuarta parte de la población trabajadora, mientras que la producción industrial se redujo a la mitad.


EFECTOS SOCIALES
El coste económico del desempleo es, ciertamente, alto, pero el social es enorme. Ninguna cifra monetaria refleja satisfactoriamente la carga humana y psicológica de los largos períodos de persistente desempleo involuntario. La tragedia personal del desempleo ha quedado demostrada una y otra vez”.
La precariedad laboral y, evidentemente, el desempleo también aumentan la angustia de los afectados e influyen en la determinación de su plan de vida y su planificación familiar. Los jóvenes deben postergar su edad de emancipación ante la imposibilidad de acceso a la vivienda y de creación de una unidad familiar con unos ingresos estables, asimismo provocan una disminución de la natalidad y retrasan la edad a la que se tienen los hijos.
Jackson y Walsh (1987) señalan que como consecuencia de la pérdida del empleo, se producen tres cambios importantes: una disminución de ingresos económicos, una transformación en las relaciones sociales y un cambio en el lugar donde residía el ejercicio de la autoridad. Estos cambios provocan una desensibilización en las relaciones entre los miembros de la familia y entre ésta y el medio en que se desarrolla su vida cotidiana, dando lugar a un proceso de adaptación y cambio.
En el primero, los cambios producidos como consecuencia del desempleo, serían asimilados dentro del funcionamiento normal de la familia. En el segundo de los procesos descritos, la experiencia del desempleo tendría una función positiva, al ser utilizada como una oportunidad para realizar actividades que implican un cambio en los roles familiares.
El grado de estabilidad familiar depende a su vez de factores tales como el momento en que se produce la pérdida del trabajo dentro del proceso de desarrollo del ciclo de vida familiar. Asimismo, la tensión familiar producida tras la aparición del desempleo parece ser más acusada cuando afecta a personas con un bajo estatus ocupacional y con un período de desempleo superior a los seis meses.
En definitiva, si bien el desempleo puede ser considerado como un factor importante de desestabilización en las relaciones familiares, tal y como señalan Bergere y Sana Rueda (1984), el aumento de la tensión familiar no debe ser siempre considerado como una consecuencia directa del mismo. Éste actúa como un factor que acentúa el tipo de relaciones familiares existentes con anterioridad, intensificando el estrés y la tensión en aquellas familias en las que ya se daba un deterioro de las relaciones entre sus miembros.
La familia puede ser tanto el origen de tensión como de apoyo social, lo que explica el que ni en todos los estudios el desempleo esté asociado a un incremento en la tensión familiar ni en todos los casos se dé un deterioro en dichas relaciones.


El impacto del desempleo en la familia se puede dividir en 7 aspectos:
  • Financiero: El ingreso se reduce drásticamente.
  • Material: Se vuelve vital economizar en todo. En algunos casos, casi todo el presupuesto familiar se va en comida.
  • Físico: Hay una reducción generalizada en el nivel de salud.
  • Daño emocional: Se vuelve común la apatía, la desesperación y la depresión.
  • Relaciones Interpersonales: Generalmente, hay un incremento en las peleas y un retraimiento de la vida social. Sin embargo, las relaciones cercanas tienden a mantenerse.
  • Actividades e Intereses sociales: Estos disminuyen marcadamente. Las actividades gratuitas, informales o de poco costo pierden popularidad, porque el estado de ánimo disminuye.
  • Actividades Políticas: Disminuye el interés en la política.


La mayoría de los estudios indican que los dos efectos más importantes del desempleo son:
  • La sensación de estigma social, derivado de estar desempleado.
  • La cantidad de sufrimiento asociado a la falta de estructura o estructura perdida.


EFECTOS PSICOLOGICOS
Los estudios psicológicos indican que el despido es por lo general tan traumático como la muerte de un íntimo amigo o el fracaso escolar.


a) Trastornos Psíquicos Menores
Los estudios en los que se ha utilizado el GHQ, el “General Health Questionnaire” (Goldberg, 1972) muestran que los jóvenes que acaban sus estudios y no encuentran un empleo tienen un alto riesgo de sufrir trastornos psíquicos menores, mientras que aquellos otros que encuentran trabajo tienen unas puntuaciones significativamente menores y, por tanto, una mejor salud mental. Se ha demostrado que es la experiencia del desempleo lo que causa dicho deterioro y no una previa salud mental deficitaria la causante de no encontrar trabajo.
Otros estudios realizados con muestras de trabajadores adultos obtienen resultados similares. Así, por ejemplo, Miles (1983) en una muestra formada por más de 300 trabajadores desempleados y 100 empleados, confirma la asociación encontrada en otros estudios entre desempleo y salud mental.
De estas investigaciones se deduce una clara conclusión: el desempleo es causa de un deterioro en la salud mental. Las consecuencias psicológicas negativas que se derivan de estar desempleado, pueden, a su vez, incrementar el riesgo de sufrir trastornos que requieren tratamiento psiquiátrico.


b) La Depresión
Eisenberg y Lazarsfeld (1938) destacan las reacciones de carácter depresivo como uno de los efectos principales provocados por el desempleo sobre personalidad. Estudios más recientes también han tratado de establecer una relación entre las variables desempleo y depresión.
Feather (1982), en una investigación sobre 650 estudiantes acerca de sus creencias y atribuciones sobre las causas del desempleo, encuentra una asociación positiva entre falta de motivación por encontrar empleo y déficit depresivos.
Muchas investigaciones han comparado los niveles de sentimiento depresivo entre poblaciones diferenciadas por su estatus de desempleo, llegando, en la mayoría de las mismas, a la conclusión de que los desempleados padecen mayores síntomas depresivos que aquellas personas que tienen empleo.
Feather y Bond (1983), en otro estudio transversal, y en una muestra de 219 jóvenes, obtienen resultados que muestran que los jóvenes desempleados tenían puntuaciones significativamente más altas en estado depresivo que sus compañeros empleados.